El pasado 8 de abril el Departamento del Trabajo en los Estados Unidos (Department of Labor), emitió una regulación relacionada con los beneficios para los empleados en el sector fiduciario, la cual comenzará a regir a partir de abril 10 de 2017, dentro de los cuales reglamentó a aquellas personas que generan asesoría o recomendaciones y que por las mismas obtienen un beneficio económico denominado comisión o compensación.
La importancia de ésta regulación radica en que desde 1975 no se modificaba el concepto de asesoría, que se encontraba bajo ERISA (Employee Retirement Income Security Act), la cual era una norma que establecía los estándares mínimos para los planes de pensiones y de salud.
Así las cosas, bajo el Departamento del Trabajo los principales cambios que encontramos en materia de asesoría son los siguientes:
Tipos de asesoría.
- Recomendaciones sobre la conveniencia de la adquisición, tenencia, cesión o intercambio de valores u otros bienes de inversión; o una recomendación en cuanto a la forma o características en que los valores o los dineros resultantes de esos valores deben invertirse, transferirse o distribuirse, se considera inversión, así como aquellas operaciones relacionadas con el IRA (Individual Retirement Account).
- Recomendaciones sobre la gestión de valores, u otras propiedades de inversión u otras propiedades de inversión incluyendo entre otras cosas las políticas o estrategias de inversión, composición de los portafolios, la selección incluso de otras personas que puedan proporcionar asesoramiento de inversión o servicios de gestión de inversiones, selección de cuentas de inversión o recomendaciones respecto de distribuciones, reinversiones, transferencias de un plan o IRA.
De otro lado, la reglamentación también incluye cuándo una comunicación, un correo, o una presentación pueden ser consideradas como recomendaciones. Y cuando una persona reconoce que está actuando en una función fiduciaria para otorgar una recomendación escrita o verbal como asesor.
Finalmente, la norma también se ocupa de establecer qué conductas no son consideradas como una actividad de asesoría, las cuales expondremos en la próxima publicación.