Uno de los aspectos más relevantes en las entidades vigiladas son los administradores, dado que en la Alta Gerencia se concentra el poder de la toma de decisiones. Así las cosas, la forma como la Junta Directiva comparte de manera positiva sus decisiones al interior de las entidades financieras hace parte de la cultura de una organización.
De allí que, las acciones de los miembros de las Juntas Directivas que se deben compaginar con el Gobierno Corporativo, correspondan aquellas que establezcan una constante comunicación con los representantes legales y todos los empleados de la organización, es fundamental atraer a los buenos directores dentro de un efecto de colaboración activa con uno de los stakeholders más importantes como son los empleados. Luego, extender este marco de acción con los consumidores, para lograr una sinergia positiva y dinámica entre la organización, la comunidad y sus consumidores.
En este marco de acción, factores como la diversidad, es decir las diferencias entre individuos sobre cualquier atributo que lidere la percepción que una persona es diferente a las demás y la cultura corporativa medida como un sistema que comparte valores y normas apropiadas para un comportamiento dentro de una organización, son factores relevantes para el supervisor.
En efecto, una cultura que se cimente sobre factores no observables de valores y normas y que reten a los externos sin medir las consecuencias de sus actos, afectan a las entidades financieras que administran recursos del público porque tienen más tendencia a un apetito de riesgo sin medir de manera apropiada la forma de llevar a cabo el cumplimiento de sus metas. Por consiguiente, las autoridades de supervisión se han encargado en los últimos tiempos de proteger al consumidor de las prácticas y conductas abusivas en las que puede llegar a incurrir una entidad vigilada.
Sin duda alguna existe una relación intrínseca entre la cultura de una entidad y el éxito de una corporativo en la ejecución de las tareas para alcanzar las metas establecidas por la Alta Gerencia. Cuando las entidades financieras se preocupan por el entendimiento de los clientes, la creación de valor sobre las necesidades de los mismos es más alta y en largo plazo se establecen lazos de fidelidad que facilitan la toma de decisiones e incluso protegerse de la competencia.
Como se observa de lo anterior, encontramos una relación de temas que ya estaban regulados, Gobierno Corporativo, Deber de Asesoría y Deber de Información. En efecto, cuando se revisa el perfil del consumidor, el perfil del producto, la idoneidad de los productos para los consumidores, la información precontractual, contractual y poscontractual que se le deben entregar a los consumidores y cómo se realiza el proceso de diseño de productos, políticas, manuales y ventas en una entidad vigilada, atendemos indistintamente los elementos fundamentales de la relación con el consumidor financiero dentro de un ámbito seguro y de confianza en la conducta y la cultura de una entidad vigilada.